Este viaje fue planeado en el verano de 2007. Fue el regalo de cumpleaños de mi mujer. Ella siempre me había oído hablar de la isla de Cuba y yo siempre le había oído decir que seria el viaje de su vida.
Pues sobre el verano ya me puse a planear el viajecito que a ratos y a escondidas fui organizandolo todo para su regalo en el mes de noviembre. Entonces todavía faltarían unos 45 días para marchar.
Mi intención era viajar por libre, ya que desde hacía algún tiempo se podía hacer en la isla, antes era impensable. Así que reservé los vuelos y un par de noches en la Habana para situarnos y visitar la ciudad. A partir de aquí ya decidiríamos sobre la marcha, aunque yo ya tenia mas o menos un plan de ruta.
Embarcamos el 20 de diciembre en el aeropuerto del Prat rumbo a Madrid y después de unas cuantas horas en Barajas porque el vuelo se retrasó, partimos hacia la Habana.
LA HABANA
Finalmente y después del largo viaje y sobre todo de las horas de espera en Madrid llegamos a la Habana sobre las 00:30 horas del día 21 de diciembre. Cogimos un taxi en el aeropuerto dirección a la Casa de Esther. Una casa vieja, como casi todo en Cuba, pero acogedora. Situada en la calle Águila, 367 en centro Habana.
Como llegamos tarde y cansados solo hubo tiempo para las presentaciones y a descansar, que falta nos hacía. Esther nos cobró por noche 25 CUC (pesos convertibles) y 6 CUC por los desayunos. Finalmente estuvimos 4 noches en la Habana para visitar toda la ciudad tranquilamente y tener tiempo de alquilar un coche para todos los días en Cuba. Paciencia tuvimos que tener para conseguir coche porque según ellos era temporada alta y quedaban pocos. Finalmente conseguimos uno después de negociar un tiempo de espera y gracias a la intervención y mano izquierda de Montse.
Esta era la habitación de Casa Esther, sencilla pero cómoda.
Del día 21 al 23 nos dedicamos a visitar los lugares mas emblemáticos de la Habana con sus diferentes zonas o barrios. También nos acercamos a Varadero, pero solo de visita rápida ya que es un lugar bastante encarado al turismo y solo ves hoteles, restaurantes y chiringuitos donde comprar algunos recuerdos. También visitamos playas del este, Matanzas y algunos lugares próximo a la Habana.
El Malecón. Es una avenida costera o paseo marítimo, que recorre 7 Km., todo el litoral de La Habana, desde el Castillo de la Punta en la Habana Vieja hasta el río Almendares en el Vedado. Es el lugar de reunión y punto de encuentro de todos los cubanos.
El Capitolio. Este edificio cubierto de mármol blanco domina la capital. Se inició en 1929 por el dictador Gerardo Machado, necesitando el trabajo de más de 5000 hombres durante 3 años, 2 meses y 20 días, así como un total de 17 millones de dólares. Hasta 1959 funcionó como sede del congreso cubano; ahora, en la actualidad alberga la Academia de Ciencias de Cuba y la Biblioteca Nacional de Ciencia y Técnica
La Catedral de San Cristóbal de estilo barroco, esta flanqueada por dos torres distintas y esta considerada como una de las mas antiguas de América. Los jesuitas empezaron a construirla en 1748, aunque fueron expulsados de la ciudad en 1767, el trabajo continúo hasta su finalización en 1787. Su nombre se puso porque se creía que los restos de Cristóbal Colón descansaron en esta Catedral, esto se cuenta en una placa situada a la izquierda del púlpito, aunque no existe documentación alguna que lo acredite.
La Bodeguita del Medio situada en la Calle Empedrado (típica calle de la Habana Vieja) este legendario restaurante se hizo famoso por el escritor Ernest Hemingway que lo frecuentaba para beber mojitos. Se trata del restaurante más famoso dentro y fuera del país. Las paredes están cubiertas con fotos, dibujos, graffiti y autógrafos de los visitantes famosos y no tan famosos, y el mobiliario sigue siendo rustico, aunque particularmente os podemos asegurar que bebimos mojitos inmensamente mejores servidos por los mismos isleños.
El Callejón de Hamel ubicado en el barrio obrero de Cayo Hueso. Esta pequeña calle es un santuario afrocubano. Se trata de una callejuela donde se colocó un famoso y alegre mural de 200m. al que debe su fama actual. Es obra del pintor Salvador González, que quería rendir homenaje a las raíces culturales cubanas a través de la representación de todos los cultos religiosos y movimientos de origen africano del país. También existen algunas esculturas realizadas con materiales de deshecho, como bañeras hechas ahora jardineras o bancos para descansar. También tiene frases escritas a diferentes tamaños en las paredes y algunas vale la pena detenerse a leerlas de la razón que tienen.
Heladeria Coppelia creada en 1960 situada en el parque que esta justo enfrente del Hotel Habana Libre, es uno de los rincones más típicos de La Habana y donde dicen se hace el mejor helado de la Isla. También ha sido escenario de algunas películas rodadas en la Habana.
Museo de la Revolución donde se pueden ver algunas de las armas y carros de combate que se hicieron servir por los amigos de Fidel Castro en la revolución Cubana.
Museo del chocolate, en realidad es una cafetería en la que los cubanos hacen colas para tomar chocolate, ¡¡ pero que chocolate, esta buenísimo !!. Compartimos mesa con el licenciado Don Alberto J. Dorta-Contreras de la Facultad de Ciencias de la Habana y conversamos durante un buen tiempo sobre la situación político-social de Cuba. Interesante.
Siempre es curioso ver los vehículos que circulan por la isla. Coches típicos americanos de los años 50, aunque cada vez se ven menos porque la conservación y reparación es aun muy artesana y difícil.
También son bonitos los transportes de viajeros que por 1 CUC te llevarían al fin del mundo. Son unos ciclomotores modificados para dos pasajeros llamados Cocotaxi, suponemos que el nombre se debe a la forma redonda que recuerda al coco.
Después de tanto paseo siempre va bien un buen refresco típico de la isla.
Es bastante habitual ver rótulos, pancartas, vallas, o simplemente pintado en las paredes o sobre cualquier superficie toda clase de mensajes revolucionarios que hacen referencia a la lucha. Así como el eterno recuerdo al comandante Ernesto "Che" Guevara.
Hay muchísimas fotos y muchos recuerdos de la Habana, pero no podemos ponerlas todas porque seria un capítulo interminable y tampoco queremos extendernos mucho.
Esta era la moneda que el turista hacía servir. El peso convertible CUC.
VIÑALES
El día 24 de diciembre y después de haber recorrido toda la ciudad de la Habana y parte de la costa norte hasta Matanzas, Varadero y Cárdenas, nos pusimos rumbo a la provincia de Pinar del Río.
Todavía no se muy bien porque tomamos esta dirección. Podríamos haber ido hacia el este, dirección Santiago de Cuba, pero en el mapa lo vimos muy lejos para tan pocos días, así que decidimos explorar la zona oeste hacia la provincia de Pinar del Río. Además las carreteras del país están como están y dan un poquito de miedo.
En la casa de Esther, en la Habana, comentamos que tomaríamos esta dirección y ella nos dio una tarjeta de una casa de confianza para alojarnos, "Villa Azul". Es curioso como esta gente tiene amigos, familia, conocidos, parientes.... por toda la isla. Vayas donde vayas puedes ir de parte de.....
Con la calma y después de algunas horas, pasamos por Pinar de Río en dirección a Viñales. ¿Como Viñales?, no no, el gran Valle de Viñales. Me parece que desde que lo vimos por primera vez nos enamoramos del Valle. Es muy hermoso.
Nada mas entrar en el pueblo nos encontramos Villa Azul. Una casita muy mona pintada de blanco y azul, como no!!! Ya no miramos ninguna mas, aunque a las entradas de los pueblos y paradas de autobús te están esperando para ofrecerte alojamiento.
Era nuestro destino, nuestra casa. Queríamos estar dos días allí para visitar toda la zona, pero estuvimos, si no me equivoco seis días. Utilizamos Viñales como campo base y cada día íbamos a visitar algún punto de los alrededores.
La casa era de un matrimonio mayor, Tebelio y Olvido de los que tenemos muy buen recuerdo porque eran unas personas fantásticas, de las que no te cansas de estar con ellas. No puedo hablar del servicio porque aquello era como estar en casa con papá y mamá. Desde entonces, hemos estado a punto de volver algún año solo por visitarlos. Esperamos poder volver algún día.
Olvido, Rafa, Montse y Tebelio
Allí contratamos la habitación, el desayuno y la cena. Durante el día íbamos de visitas. A veces incluso volvíamos antes para pasar un rato con aquella fantástica pareja y conversar en la terraza posterior desde la que se podía ver gran parte del Valle de Viñales. Paisaje encantador. Tebelio siempre decía que aquel era su trocito de Valle.
A la llegada por las tardes, siempre nos preparaban un espectacular mojito. El mejor mojito que hemos bebido en la vida y no exagero. El siempre decía que tenia algún ingrediente especial. Quizás si, porque era espectacular. En la foto anterior esta presente, su combinado especial "sol del Valle".
Después de la ducha ya tenían en marcha la cena. Siempre nos sorprendían con algún plato típico de la isla. Y además, el mojito.
Yuca Calamares
Pomelo "Suprema" Piña borracha
Después de la cena venia la charla acompañada de un buen trago. Nos hacia un coctel al que llamaba "sol del Valle". Buenísimo también. Y como sabia que me gustaban los puros, nunca faltaba un buen habano recién hecho.
Me pasaría todo el capitulo hablando de Tebelio y Olvido pero no es justo. Dejarme que os enseñe algo de Viñales.
El pueblo tiene poco que ver, apenas dos largas calles paralelas y casitas a ambos lados, pero lo que le da un encanto especial es el Valle.
Iglesia de Viñales Calle principal
Localizado en la Sierra de los Órganos, exactamente en el grupo montañoso de la Cordillera de Guaniguanico. Este valle y gran parte de la sierra que lo rodea es aprobado en 1999 como Parque Nacional y en diciembre de ese mismo año fue declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco.
Existen unas formaciones montañosas, únicas en la isla, llamadas mogotes. Estos mogotes constituyen formaciones geomorfológicas muy singulares donde algunos de ellos llegan a medir centenares de metros de altura.
A poca distancia hay varios lugares interesantes para visitar como el Mural de la Prehistoria, el cual está pintado sobre una piedra de una de las elevaciones. Este mural muestra la evolución de la vida en el sentido natural de Cuba.
El Mural de la Prehistoria está ubicado en el mogote llamado Pita. Se puede encontrar en una ladera perpendicular, la cual se limpió antes para poder realizar este trabajo, la roca fue lavada y también se hicieron drenajes en ella, un poco para evitar en un futuro la erosión a causa de la lluvia. Se extiende a lo largo de la roca por 120 metros de alto y 160 metros de longitud.
La cueva de Santo Tomás es otro lugar para visitar. En pleno Valle de Viñales, en uno de las decenas de mogotes que lo pueblan, se encuentra una de las entradas a las cuevas de Santo Tomás.La longitud total es de 46,2 kilómetros, con grandes vías originadas por ríos a lo largo de millones de años, que ya eran conocidas por los campesinos de la zona, aunque sólo sus entradas principales.
También fueron habitadas, como lo demuestran restos de pintura en las paredes, por los indios precolombinos y posteriormente por los negros cimarrones que escaparon de las haciendas de Vueltabajo.
Así que, tras las primeras explicaciones del guía y el pago del ticket nos ponemos los cascos con las luces, subimos hasta la entrada de la cueva por un camino resbaladizo pero con unas barandillas hechas toscamente con bambúes.
Uno de los elementos destacados de estas cavidades son sus formaciones de estalactitas y estalagmitas, que dan paso a miles de formas, colores y diferentes cristales, que convierten en catedrales góticas grandes salones y amplias galerías. Los colores pasan del blanco más puro al negro profundo y desconocido.
Otro de los atractivos de la cavidad es poder llegar, mediante sus galerías, a esos denominados hoyos de montaña, donde perdura la vegetación original de este archipiélago.
La Gran Caverna de Santo Tomás fue declarada Monumento Nacional en 1989 y bautizada como La Princesa de Cuba.
La cueva del Indio. Esta es otra cueva pero mucho más pequeña que la anterior. Después de pasar la entrada nos dirigimos hacia la cueva por unos pasadizos contemplando también las formaciones rocosas, estalactitas y estalagmitas. Combinaciones de formas y colores que varían dependiendo de la luz que reciben.
Estas cuevas tienen el atractivo que a mitad del recorrido llegas a la zona donde pasa el río subterráneo y donde tienes que seguir el camino en una barca hasta que llegas a la salida.
Un día paseando por el centro de Viñales vimos una oficina que parecía ser de turismo. Estuvimos mirando y tenían visitas organizadas. La verdad es que nunca nos hubiéramos dado cuenta porque siempre dispusimos del coche. Vimos una actividad que consistía en un paseo a caballo y visitas a otras cuevas, plantaciones de tabaco, etc.
Una vez en casa (Villa Azul) lo comentamos con Tebelio y el nos dijo que tenia un amigo que tenia caballos. Pues dicho y hecho. Al día siguiente teníamos dos excelentes caballos, bueno uno estaba un poco tuerto, pero caminaba bien que es lo que cuenta, y un excelente guia para nosotros solitos.
Estuvimos de excursión, los caballos el guia y nosotros cerca de 6 horas recorriendo el precioso Valle de Viñales. El guia nos iba contando historias de la zona y sus lugareños.
De vez en cuando nos parábamos a visitar otras cuevas, mas pequeñas pero con su encanto particular, en la que había un hombre mayor esperando algún turista para enseñarle la cueva y así de paso pillar algún peso. También visitamos alguna hacienda en la que nos explicaban como funcionaba el negocio del tabaco, desde su plantación, recolección, secado y producción. Y como no, me hicieron un puro con un puñado de hojas de tabaco en un abrir y cerrar de ojos. Espectacular!!!!!
Durante los días que estuvimos en Viñales visitamos otros lugares como Maria la Gorda, Cayo Jutías o Cayo Levisa.
MARIA LA GORDA
El día 25 de diciembre cogimos el coche y bien temprano nos fuimos hacia María la Gorda. Recorrimos una carretera que parecía que nos llevaba al fin del mundo. Teníamos que ir hasta el extremo más occidental de la isla. Vamos que si caes al agua puedes aparecer en México.
Fuimos atravesando extensas plantaciones de tabaco, plátano y caña de azúcar y parecía que nunca íbamos a llegar hasta que al final de aquellas tortuosas carreteras, llegamos a nuestro destino.
María la Gorda es un complejo muy pequeño destinado a los buceadores. Solo dispone de unas pocas habitaciones para alojarse y el centro de buceo. Dicen los expertos que el lecho marino de María la Gorda debido a su abundante vida marina y corales extraordinariamente hermosos, sobre todo abunda el poco común coral negro, se encuentra entre los diez más privilegiados de América Latina.
El nombre de María la Gorda proviene de la historia de una hermosa dama abandonada por piratas en la zona, sobrevivió y decidió aprovechar la privilegiada ubicación de este sitio (parada obligatoria de embarcaciones piratas que navegaban por el mar Caribe buscando refugio, agua potable, provisión de comida y algún que otro entretenimiento) para ubicar allí su pequeño negocio que más tarde tomó su nombre unido a su aspecto físico.
La playa es paradisiaca, arena fina y blanca, aguas que combinan diferentes tonalidades de azules. Cuando te metías en el agua veías muchas variedades de peces que venían a tu encuentro y pasaban casi rizándote las piernas. Muchas palmeras de las que de vez en cuando caía algún coco.
Pasamos la mañana de buceo y el resto del día de relax. Fantástico lugar para relajarse. Por la tarde volvimos a Viñales para hacer noche. Nos esperaba el tan merecido mojito de Tebelio y la cena.
CAYO JUTÍAS
En una de las excursiones que hicimos desde nuestro campo base en Viñales dedicamos un día a visitar Cayo Jutías, así que cogimos el coche y en marcha.
Cayo Jutías se encuentra en la costa del municipio de Minas de Matahambre, frente al Estrecho de la Florida y al igual que los cayos Levisa y Paraíso forma parte del Archipiélago de Los Colorados, está a unos 175 km al oeste de la ciudad de La Habana y el acceso es por carretera construida sobre el mar en una longitud de 5 km. Tiene una superficie aproximada de 4 km² y una playa de buena calidad de 5000 metros de longitud en la costa norte, mientras que la sur está cubierta de manglares que enriquecen su entorno ecológico, aunque este ha sido un poco dañado con la cosntrucción del pedraplen (la carretera que lo une a tierra firme).
Allí solo había un chiringuito en el que podías beber y comer y una extensa playa de arena fina y blanca. Unos pocos bañistas nos acompañaban pero buscamos un rincón donde no había nadie para tumbarnos al sol y descansar. No obstante, nos sorprendió un nativo de entre los manglares ofreciendo langostas.
El día 30 de diciembre y con toda la pena de nuestros corazones nos tuvimos que despedir de Tebelio y Olvido en Viñales. Montse se desacia en lágrimas mientra se abrazaba a Olvido, pero sabíamos que no nos podíamos quedar por más tiempo y continuamos nuestro recorrido hacia nuestro último punto. Cayo Levisa, destino que habíamos visitado también y nos gustó tanto que reservamos los dos últimas noches en Cuba.
CAYO LEVISA
Situado sobre la costa norte de Pinar del Río y a solo 2 km de tierra firme, este pequeño cayo tiene solamente una extensión superficial de 2.5 km² pero cuenta con una magnífica playa que se extiende por toda su costa norte en una longitud de 2500 metros y con la magia de su relativo aislamiento ya que solo se conecta con tierra a través de embarcaciones.
A Cayo Levisa se llega en una embarcación desde Palma Rubia, en un agradable viaje que pueden durar alrededor de 20 minutos. Hay dos salidas diarias, una a las 10 am y la otra a las 5 pm, en el punto de embarque hay aparcamiento con guardia de seguridad donde se puede dejar el coche y el precio del viaje en barco tiene un precio de 15 CUC por persona.
Este era el embarcadero donde se llegaba a Cayo Levisa.
En Cayo Levisa existe una instalación hotelera, formada por unas 20 confortables cabañas que disponen de los servicios necesarios para garantizar una buena estancia. Esta era nuestra cabaña y delante como a unos 5 metros teníamos la playa.
Dormíamos en la cabaña y el desayuno y la cena la hacíamos en el restaurante del hotel.
El resto del día nos lo pasábamos paseando por la playa, buscando caracolas, conchas y descansando, sobre todo descansando.
Y por la tarde, antes de ir a cenar, nos sentábamos en la puerta de la cabaña a orillas de la playa a contemplar esto.....
También tuvimos tiempo para hacer alguna inmersión. Allí conocimos a un cubano que era el encargado de las inmersiones. Hablamos con él y programamos alguna inmersión. El agua estaba estupenda, entre 29 o 30 grados.
Después de estos días en Cayo Levisa regresamos a La Habana para devolver el coche y coger un taxi que nos llevaría al Aeropuerto de José Martí. Tocaba volver a casa.
Esperamos que os haya gustado este breve resumen de nuestras vacaciones en Cuba. Y también esperamos poder volver algún día a este fantástico paraíso. Un especial abrazo para Tebelio y Olvido.
Rafa y Montse